Contrato de renta con garante en México: guía completa
Un contrato de renta con garante protege al propietario en caso de incumplimiento del inquilino.
Un contrato de renta con garante protege al propietario en caso de incumplimiento del inquilino.
El contrato de arrendamiento donde se establecen los términos y las condiciones de la
es una herramienta fundamental para proteger tanto a los propietarios como a los inquilinos y, en México, es muy común contar con un garante como para asegurar el cumplimiento del acuerdo y brindar seguridad financiera al arrendador.
En este artículo, te explicaremos en detalle qué es tener un contrato de renta con garante, sus ventajas, requisitos y cómo redactarlo adecuadamente para proteger a todas las partes involucradas. También encontrarás ejemplos prácticos y recomendaciones para evitar riesgos en este tipo de operaciones.
Un garante es una persona que se compromete a responder por las responsabilidades de otra en caso de que esta no pueda hacerlo. En el contexto de una renta , el garante se compromete a responder por el inquilino, en el caso de que éste no pague la renta o no cumpla con las obligaciones establecidas en el contrato. Esta figura reduce el riesgo de posibles incumplimientos, convirtiéndose en algo así como un respaldo para el propietario.
Es muy frecuente confundir a la figura del garante con otras como la del aval o el obligado solidario. A continuación, te contamos en qué se diferencian.
Aunque se suelen utilizar indistintamente, un garante y un aval no son lo mismo. Las diferencias que existen entre dichas figuras son:
El garante responde por las obligaciones del inquilino sólo si se ha demostrado que éste no puede cumplirlas. Es decir, el propietario debe agotar los recursos legales para intentar cobrar al inquilino antes de poder exigir el pago al garante. Esto es así en virtud del "derecho de excusión," el cual abordaremos más adelante.
A diferencia del garante, el aval responde directa e inmediatamente por el deudor principal sin necesidad de que se pruebe el incumplimiento del mismo. Como se trata de una responsabilidad inmediata y solidaria, esta figura no se suele usar en contratos de renta. Es más común en contratos financieros, como en la firma de pagarés.
La figura del garante y la del obligado solidario también suelen confundirse con frecuencia. Las diferencias entre una y otra son:
Como dijimos, el garante es quien se compromete a cumplir con las responsabilidades del propietario sólo en caso de que este no cumpla. Pero el obligado solidario debe cumplir la responsabilidad principal en igual medida que el deudor, lo que significa que el propietario puede reclamar la totalidad de la deuda a cualquiera de los obligados solidarios y no necesita agotar opciones con el propietario.
Por lo general, la elección entre un garante y un obligado solidario depende de las circunstancias específicas de la renta y del nivel de garantía que el propietario desea tener.
Incluir un garante en el contrato de renta brinda mayor seguridad para el propietario en caso de incumplimiento del deudor y hace que el proceso de arrendamiento sea más seguro y confiable para todas las partes involucradas.
Para ser fiador en un contrato de arrendamiento, es necesario cumplir con ciertos requisitos que aseguren que dicha persona es capaz de respaldar las obligaciones del propietario. Los documentos y condiciones más comunes son:
Identificación oficial: debe contar con una identificación oficial vigente, como una credencial de elector (INE) o pasaporte.
Recibos de domicilio: debe demostrar que reside en el país y en lo posible en la misma ciudad donde se encuentra la propiedad rentada, con el objetivo de facilitar su localización en cualquier procedimiento legal.
Recibos de ingresos o capacidad financiera: se le exige al garante que cuente con un historial crediticio positivo y que presente certificados de ingresos, como recibos de nómina o declaraciones fiscales, para garantizar que tiene la capacidad de responder por las obligaciones del propietario es necesario.
Propiedad inmobiliaria a su nombre: el garante debe contar con una propiedad registrada a su nombre, sin deudas ni hipotecas, que pueda respaldar el cumplimiento de las responsabilidades del contrato.
Constancia del Registro Público de la Propiedad: que corrobore que la propiedad del garante no tiene cargas ni embargos, y que puede utilizarse como garantía en caso de ser necesario.
La constancia expedida por el Registro Público de la Propiedad es fundamental en la aceptación de un fiador ya que es el documento que asegura que la propiedad que se está usando como garantía no esté sujeta a embargos que puedan afectar su capacidad de respaldo. Si la propiedad tiene cargas, el propietario corre el riesgo de que, en caso de incumplimiento del inquilino, no pueda recuperar los pagos adeudados a través de la propiedad.
El fiador en un contrato de arrendamiento tiene, como todas las partes, derechos y obligaciones. Algunas de las principales responsabilidades incluyen:
Responder por la deuda del inquilino: esta es la función principal del garante. Si el inquilino no cumple con el pago de la renta, el fiador está legalmente obligado a pagar la deuda, incluidos los costos asociados, como servicios públicos, daños a la propiedad o multas por incumplimiento.
Asumir los costos legales: en caso de que el propietario tenga que acudir a la justicia para recuperar los pagos, el garante también puede ser responsable de cubrir los costos legales asociados al proceso.
Cumplir con las responsabilidades hasta el fin del contrato: si bien el inquilino puede desocupar la propiedad antes de finalizar el contrato, el compromiso del garante continúa hasta que el contrato se termine formalmente o sea modificado.
Así como el fiador asume riesgos significativos, también cuenta con ciertos derechos legales que lo protegen, conocidos como derechos de orden y excusión. Estos son:
Derecho de orden: este derecho le permite al garante exigir que el propietario primero intente recuperar lo adeudado del inquilino y sólo en caso de que éste no pague, asumir los pagos.
Derecho de excusión: si el propietario decide exigir directamente al garante el pago de la deuda, este último puede indicar que se usen otros recursos del inquilino antes de que él asuma la responsabilidad financiera.
Estos derechos son una protección importante para los garantes, por eso, es fundamental que el fiador revise cuidadosamente que no sean limitados en el contrato antes de firmarlo.
Para elegir un buen fiador en un contrato de renta, es importante que cumpla con ciertos requisitos, como:
Buen historial crediticio: esto significa que cumple con sus responsabilidades financieras,
Ingresos estables y suficientes: para poder cubrir los pagos en caso de que el inquilino no pueda hacerlo.
Propiedad inmueble en México: ya que esto brinda una garantía adicional al arrendador.
Compromiso y disposición: debe estar consciente de las responsabilidades que asume y dispuesto a cumplirlas.
Confiabilidad y reputación: alguien confiable, con buena reputación personal y profesional brinda mayor tranquilidad al propietario respecto al cumplimiento de las responsabilidades.
Capacidad para actuar como garante.
Documentación y requisitos legales: debe contar con todos los documentos requeridos por la ley para formalizar su compromiso.
No incluir la figura de un fiador en un contrato de arrendamiento puede ser arriesgado para el propietario por varios motivos:
Inseguridad financiera: en caso de que el inquilino deje de pagar la renta o se generen otros gastos no previstos, el propietario no tendrá a quien cobrarle y deberá enfrentar pérdidas económicas considerables.
Dificultad para recuperar pagos: el arrendador deberá lidiar directamente con el inquilino para recuperar cualquier deuda o acudir a largos y costosos procesos legales que no siempre garantizan la recuperación de los fondos adeudados.
Incertidumbre en la continuidad del contrato: el propietario que no cuenta con un fiador a quien reclamar deberá rescindir el contrato si el arrendatario no paga, lo cual implica gastos adicionales y pérdida de ingresos.
Si eres de los que prefieren no depender de un fiador, existen otras opciones que pueden brindar seguridad adicional, tales como:
Seguros de renta: estos seguros para arrendamientos son otorgados por algunas empresas y actúan de manera similar a un garante, cubriendo el pago de la renta en caso de incumplimiento y de otros gastos dependiendo de lo pactado.
Depósitos de garantía más altos: aunque no siempre es posible, podrías intentar aumentar el depósito de garantía para obtener una seguridad adicional en caso de que el arrendatario incumpla.
Avales bancarios: puedes solicitar al arrendatario que requiera un aval bancario, que consiste en una promesa por parte del banco de que cubrirá los pagos en caso de que el inquilino no cumpla.
Llenar un contrato de arrendamiento que incluya un fiador de manera adecuada es un paso fundamental para garantizar la seguridad jurídica tanto del propietario como del inquilino. A continuación, te presentamos un paso a paso sobre cómo hacerlo:
Identificación de las partes: comienza indicando los nombres, identificaciones oficiales y domicilios de las partes (arrendador, arrendatario y fiador).
Descripción del inmueble: proporciona datos detallados de la propiedad objeto de arrendamiento, como la dirección, tipo de inmueble y cualquier otra característica relevante.
Monto de la renta: detalla el monto de la renta mensual que el arrendatario deberá pagar, así como el método y el plazo de pago.
Duración del contrato: indica la duración de la renta.
Obligaciones del arrendatario: luego deja en claro las obligaciones que debe cumplir el inquilino, como el pago en tiempo y forma de la renta y el mantenimiento del inmueble.
Cláusula de garantía: agrega una cláusula específica donde se reconozca al fiador y su compromiso, detallando que responde por las obligaciones del arrendatario en caso de incumplimiento.
Cláusulas de rescisión: menciona bajo qué condiciones el contrato puede ser rescindido, así como las consecuencias de dicha rescisión.
Firmas: al final del contrato todas las partes involucradas deben firmar el contrato, lo que demuestra la aceptación de los términos estipulados.
Para ayudarte a comprender mejor cómo se debe estructurar un contrato de renta con garante, te presentamos a continuación un ejemplo básico que puedes utilizar como referencia:
Título: “Contrato de renta con garante”
Datos de las partes: detalle completo del arrendador, arrendatario y fiador.
Objeto del contrato: descripción de la propiedad arrendada.
Cláusulas de pago: especificación de la renta mensual y condiciones de pago.
Responsabilidades del arrendatario: normas que debe cumplir el inquilino durante el periodo que dure el contrato.
Cláusula de garantía: detalle de la responsabilidad que asume el fiador (respaldar al arrendatario en caso de incumplimiento).
Firmas: firmas del propietario, inquilino y garante, además de los testigos si se requieren.
Antes de finalizar, respondemos a continuación una serie de preguntas frecuentes respecto al fiador en un contrato de arrendamiento.
Toda persona con solvencia económica comprobada, que por lo general implica ser propietario de un inmueble libre de cargas, puede ser fiador. Además, debe estar dispuesta a responder por el arrendatario en caso de que este incumpla con sus obligaciones.
En un contrato de renta con garantía las partes son:
Arrendador: es el dueño del inmueble y quien lo ofrece en alquiler.
Arrendatario: es quien alquila el inmueble y quien debe pagar la renta acordada.
Fiador: es el garante del arrendatario, quien asegura al arrendador el cumplimiento de las obligaciones contractuales.
No es común que un garante abandone sus obligaciones una vez que ha firmado el contrato, salvo que todas las partes involucradas decidan modificar el contrato. Para cambiar de fiador, es necesario firmar un nuevo contrato o un anexo al contrato existente.
Si el garante no cumple con sus obligaciones cuando el inquilino incumple, el propietario puede iniciar acciones legales contra el fiador para cobrar la deuda, como la ejecución de garantías (por ejemplo, propiedades) que el fiador haya puesto como respaldo.
No, no es obligatorio en todos los casos. Solo cuando los propietarios lo exigen.
Por lo general, el compromiso del fiador es hasta el final del contrato de renta. Sin embargo, algunas situaciones pueden requerir que el fiador continúe respondiendo incluso después de que el contrato haya terminado, por ejemplo, si hay deudas pendientes o daños al inmueble que se descubren después que el arrendador ha desocupado el mismo.
La responsabilidad del garante en renovaciones automáticas depende de las cláusulas dispuestas en el contrato de arrendamiento original. Para evitar problemas, es importante redactar acuerdos claros y notificar a todas las partes antes de cualquier renovación.
Para concluir, contar con un contrato de renta con garante es la forma de brindar seguridad a las partes, garantizando que, en caso de incumplimiento, el arrendador tendrá una manera de cobrar las rentas adeudadas o cubrir otros costos. Es importante que tanto el fiador como el arrendador y el arrendatario comprendan claramente sus derechos y obligaciones antes de firmar, para evitar conflictos a futuro.
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