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Francisco I. Madero: No, de Taracena, Alfonso., vol. 1. Editorial Porrúa, tapa pasta blanda, edición 6 en español, 1998

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Lo que tienes que saber de este producto

  • Año de publicación: 1998
  • Con índice: Sí
  • Volumen del libro: 1
  • Género: Literatura universal.
  • No aplica.
  • Número de páginas: 180.
  • Incluye no.
  • Dimensiones: 22 cm de ancho x 5 cm de alto.
  • Peso: 1 kg.
  • Ilustraciones realizadas por Desconocido.
  • ISBN: 09789684520479.
Ver características

Características del producto

Características principales

Título del libro
Francisco I. Madero
Autor
Taracena, Alfonso
Idioma
Español
Editorial del libro
Editorial Porrúa
Edición del libro
6
Volumen del libro
1
Con índice
Año de publicación
1998

Otras características

Cantidad de páginas
180
Altura
5 cm
Ancho
22 cm
Peso
1 kg
Material de la tapa del libro
Papel
Con páginas para colorear
No
Con realidad aumentada
No
Con concordancia
Traductores
No aplica
Género del libro
Literatura universal
Tipo de narración
No aplica
Versión del libro
1
Tamaño del libro
Estándar
Con cremallera
No
Color del canto
No aplica
Colección del libro
No Aplica
Accesorios incluidos
No
Edad mínima recomendada
6 años
Edad máxima recomendada
99 años
Escrito en imprenta mayúscula
No
Cantidad de libros por set
1
ISBN
09789684520479
Ilustradores
Desconocido
Lugar de publicación
México
Código IBIC
No aplica

Descripción

DESCRIPCIÓN:

Nombre: Libro Francisco I. Madero
Marca: Editorial Porrúa

Cinco son las imputaciones que con más insistencia formulan contra Madero los indocumentados contrarrevolucionarios vergonzantes inspirándose en las censurados de los periodistas de la dictadura y del huertismo que durante más de cincuenta años trataron de enlodar al Apóstol de la Democracia: Que decapitó a la Revolución con los tratados de Ciudad Juárez. Que se echó en brazos del Ejército y de los conservadores. Que su programa no era social sino político. Que no era un intelectual. Que fue espiritista. Desde luego, los Tratados de Ciudad Juárez fueron firmados, entre otros, por el doctor Francisco Vázquez Gómez, porfirista que había confesado con su puño y letra sus ideas moderadas de siempre, pese a los que, como el licenciado Emilio Portes Gil, lo consideran un revolucionario radical, zapatista y hasta cerebro de la Revolución. Además, el propio licenciado Luis Cabrera, en artículo publicado en un periódico del puerto de Veracruz en aquellos días, consideró que la Revolución estaba muy débil y precisaba robustecerla, y nada mejor que entregándosele el poder a medias o como fuera. Es una versión muy extendida la lanzada por un reportero yaqui, la cual don Venustiano Carranza no rectificó públicamente porque en el fondo lo halagaba a él y le complacía en extremo el elogio. Nos referimos a aquello de que la Revolución que transa es Revolución perdida. La verdad consta en las Memorias de don Adolfo de la Huerta, a quien el señor Carranza, al referirle el conato de insubordinación de Pascual Orozco y Villa por su designación como ministro de la Guerra en el primer Gabinete del Presidente Provisional don Francisco I. Madero, y porque éste había perdonado la vida al general Navarro, defensor de Ciudad Juárez. Los Tratados de Ciudad Juárez especificaban la disolución del Ejército Liberador, lo que consumó con bastante dosis de mala fe el licenciado Emilio Vázquez Gómez desde la Secretaría de Gobernación a su cargo en el Gabinete del Presidente Francisco León de la Barra. Madero predicaba que sólo volvieran a sus hogares quienes así lo desearan. Tanto que Emiliano Zapata, según lo escribió el antimaderista y testigo presencial, Antonio Melgarejo, le aconsejó en las famosas conferencias de Cuautla. Tampoco gobernó por su gusto con lo menos maleado del porfirismo. Lo que sucedió fue que la Revolución no contaba con hombres experimentados. Todos eran jóvenes improvisados, cono los clasificó el mismo licenciado Luis Cabrera incluyéndose entre ellos, cuando en la Cámara de Diputados se le increpó, siendo el ministro de Hacienda en el Gabinete de Carranza, porqué se había llamado a la misión Kenmerer Y Chandler para que viniera a reorganizar nuestras finanzas. Además, el gobierno interino dejó sembrada de enemigos la administración pública. Acerca de que su programa era político y no social, porque no comprendía el problema agrario, que no sabemos que después de más de medio siglo haya sido resuelto, baste leer su gran discurso al aceptar su postulación en el Tívoli del Eliseo cono candidato a la Presidencia de la inauguración de la presa de Huichapan donde dijo que resolvería ese problema con el ardo y no a punta de bayoneta como quería Zapata; sus decretos y circulares para la repartición de ejidos; la reorganización de la Caja de Préstamos para comprar tierras de prosperidad particular; las instituciones para deslindar, amojonar, fraccionar y repartir ejidos; su orden para el deslinde de baldíos y terrenos nacionales con objeto de fraccionarlos y arrendarlos a módicos precios y hasta cederlos gratuitamente a los indígenas y ciudadanos mexicanos que los solicitaran, lo que culminó con el envío a la Cámara de Diputados del proyecto de ley de fraccionamiento de latifundios, de lo que hizo una defensa el licenciado Luis Cabrera como vocero del maderismo, diciendo que la reforma agraria se haría bajo el gobierno de Madero o la sombra del cadáver de Madero.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES:

-Idioma: Español
-Libro: Impreso

MÁS DETALLES:

Peso del paquete: 1 kg
Medidas: 5 cm x 22 cm x 27 cm
Material: Papel
Modelo: 9789684520479
Encuadernado: Pasta blanda
Editorial: Editorial Porrúa
Titulo del libro: Francisco I. Madero
Autor: Taracena, Alfonso
Fecha de publicación: 1998
Edición: 6
Número de páginas: 180
ISBN-13: 9789684520479
Edad mínima sugerida: 6
Edad máxima sugerida: 99
SKU: 9789684520479

Aviso legal
• Edad recomendada: de 6 años a 99 años.

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