Metro 2033: Primera Edición En Inglés De Ee. Uu.

Descripción

La novela que dio origen a los videojuegos Metro 2033 y Metro: Last Light ¡La impresionante historia original que inspiró los videojuegos METRO 2033 y METRO: LAST LIGHT! Un éxito de ventas internacional, traducido a 35 idiomas. Ambientada en el destrozado metro de un Moscú posapocalíptico, Metro 2033 es una historia de supervivencia clandestina intensiva en la que el destino de la humanidad está en tus manos. En 2013, el mundo quedó devastado por un suceso apocalíptico que aniquiló a casi toda la humanidad y convirtió la superficie terrestre en un páramo venenoso. Un puñado de supervivientes se refugiaron en las profundidades del subsuelo de Moscú y la civilización humana entró en una nueva Era Oscura. Corre el año 2033. Toda una generación ha nacido y crecido bajo tierra, y sus ciudades-estaciones de metro sitiadas luchan por sobrevivir, unas con otras y contra los horrores mutantes que les esperan en el exterior. Artyom nació en los últimos días antes del incendio. Al no haber ido nunca más allá de los límites de la ciudad donde se encuentra la estación de metro, un fatídico suceso desencadena una misión desesperada en el corazón del sistema de metro para advertir a los restos de la humanidad de una terrible amenaza inminente. Su viaje lo lleva desde las catacumbas olvidadas que hay bajo el metro hasta las desoladas tierras baldías de las alturas, donde sus acciones determinarán el destino de la humanidad. ENTERRADO. VIVO. Han pasado dos décadas desde que el planeta se vio convulsionado por la Guerra Final, que se extendió por todos los continentes y los envolvió a todos en un instante, para cerrar el último capítulo de nuestra historia. En esta guerra, los inventos más avanzados y los mayores descubrimientos del genio humano hicieron que la raza humana volviera a caer en cuevas, sumergiendo a la civilización para siempre en la impenetrable penumbra de una última Edad Oscura. Hoy en día, en el año 2033, ya nadie recuerda qué desencadenó las hostilidades. Absurdo. Pero si lo piensas por un momento, ¿qué importa quién lo haya empezado? Los que desataron la guerra fueron los primeros en morir... Y la herencia que nos dejaron fue una brasa ardiente que antes se llamaba Tierra. El mundo entero está en ruinas. La raza humana ha sido exterminada casi por completo. Incluso las ciudades que no fueron totalmente demolidas quedaron inhabilitadas para vivir debido a la radiación. Y los rumores dicen que más allá de los límites de la ciudad hay extensiones ilimitadas de desierto abrasado y densos matorrales de bosques mutados. Pero lo que realmente hay allí, nadie lo sabe. Las ondas están vacías, y cuando los pocos operadores de radio que quedan sintonizan por millonésima vez las frecuencias en las que solían emitir Nueva York, París, Tokio y Buenos Aires, lo único que oyen es un aullido deprimente. Han pasado más de veinte años desde el día en que despegó el último avión. Las vías del tren, corroídas y llenas de óxido, ahora no conducen a ninguna parte. Los grandes proyectos de construcción de la época se transformaron en ruinas sin llegar a completarse y los rascacielos de Chicago y Fráncfort quedaron reducidos a escombros. Los distritos históricos de Roma están cubiertos de musgo y hongos, y la Torre Eiffel, asolada por la lepra de color marrón rojizo, se ha partido por la mitad. Y la cizaña de la ficción y la fantasía florece en el recuerdo de la antigua gloria de la humanidad. Solo han pasado veinte años desde que la guerra terminó antes de que hubiera comenzado. Sin embargo, en esos veinte años, el mundo ha cambiado de manera irreconocible. El planeta tiene ahora nuevos amos, y la raza humana está condenada a esconderse en madrigueras, consolándose con recuerdos. La radiación y los virus con los que algunos seres humanos intentaron erradicar a otros han traído nuevas criaturas al mundo. Y ahora gobiernan por derecho propio sobre la desolada Tierra. Los mutantes están mucho mejor adaptados a este nuevo mundo que los seres humanos. La era humana casi ha terminado. No quedamos muchos de nosotros, solo unas pocas decenas de miles, de un total de siete mil millones de seres humanos. No sabemos si hubo otros que sobrevivieron en algún otro lugar, al otro lado del mundo, o si somos los últimos humanos del planeta. Vivimos en el metro de Moscú.