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El Smoking” (“The Tuxedo”, 2002) es una de esas cintas que no buscan revolucionar el cine, pero sí entregarte hora y media de humor ligero, acción caricaturesca y un Jackie Chan que, como siempre, lo da todo.
Aunque ha sido duramente criticada por su guión simple y su tono desparejo, esta película sigue despertando curiosidad entre fans del actor y nostálgicos de las comedias de principios de los 2000.
En este artículo repasamos lo que hace de “El Smoking” una propuesta peculiar dentro de la filmografía de Chan: desde su concepto fantástico hasta sus escenas de acción, pasando por lo mejor y lo menos logrado. ¿Es una joya incomprendida o una comedia menor olvidable? Veámoslo en detalle.

El Smoking
Jackie Chan y un traje que lo hace todo
La premisa es tan absurda como llamativa: Jimmy Tong (Jackie Chan) es un simple chofer que por accidente se convierte en agente secreto gracias a un traje de última tecnología que le otorga habilidades sobrehumanas.

Este gadget de ciencia ficción no solo le permite pelear con la destreza de un ninja y bailar como un profesional, sino que transforma a un personaje común en una especie de James Bond accidental.
Aquí es donde la película juega su carta principal: el contraste entre un hombre torpe, con buen corazón y la sofisticación de una tecnología que literalmente lo controla. El traje es el verdadero protagonista durante muchos tramos de la película y Chan, con su talento físico inigualable, logra vender la idea.
Sus acrobacias siguen siendo un espectáculo, aunque en esta ocasión la narrativa parece apoyarse más en efectos visuales que en su genuina habilidad marcial.
Una comedia de acción con varios géneros
“El Smoking” quiere ser muchas cosas al mismo tiempo: una sátira de las películas de espías, una buddy movie, una comedia romántica y un homenaje a las artes marciales. Y aunque todos estos elementos están presentes, no siempre logran coexistir de manera armónica.
La película salta de la acción a la farsa sin mucho aviso y en ocasiones parece que ni siquiera los personajes saben si están en una situación seria o simplemente en un chiste estirado.
Jennifer Love Hewitt interpreta a la agente Del Blaine, compañera de Chan en esta aventura, y aunque hay una química simpática entre ambos, el guión rara vez les da la oportunidad de desarrollar algo más que interacciones funcionales. La relación entre ellos sirve más para mover la trama que para dejar huella emocional o cómica.

El villano, el plan malvado y el absurdo como motor narrativo
Como toda historia de espías, “El Smoking” también tiene su villano con un plan descabellado: en este caso, Diedrich Banning (Ritchie Coster), un magnate del agua embotellada que quiere destruir el suministro hídrico mundial. Sí, así de ridículo. Y ahí está, tal vez, uno de los puntos débiles de la película: su falta de sutileza en el absurdo.
La amenaza global es tan caricaturesca que pierde peso desde el primer momento y el plan malvado, que en otros contextos podría haber sido una crítica ecológica o una sátira del capitalismo, queda reducido a una excusa para escenas de acción disparatadas.
Sin embargo, este tono exagerado no es necesariamente un defecto para todos: quienes buscan una película sin pretensiones, casi como un episodio largo de un cartoon, encontrarán aquí algo disfrutable.

¿Y la acción? Jackie Chan cumple como siempre (pero lo limitan)
Uno de los placeres de ver a Jackie Chan en pantalla es disfrutar de sus coreografías creativas, su timing cómico y su habilidad para convertir cualquier objeto en una herramienta de pelea.
En “El Smoking” todo eso está presente, pero de forma más contenida. El traje hace muchas cosas por él, lo cual reduce esa sensación de que estás viendo al verdadero Chan improvisar con su cuerpo.

Aun así, hay escenas memorables: el combate en la tienda de ropa, la secuencia del baile con habilidades imposibles o el enfrentamiento final en la presa, donde por fin vemos algo más de ese Jackie Chan que arriesga el físico sin ayuda digital. Pero si lo que buscas es el Chan más genuino, el de “Police Story” o “Drunken Master”, aquí probablemente lo eches de menos.
¿Qué lugar ocupa “El Smoking” en su filmografía?
“El Smoking” no es una de las películas más celebradas de Jackie Chan, ni en Oriente ni en Occidente. Sin embargo, tiene un lugar particular como parte de su etapa hollywoodense, cuando experimentaba con formatos más comerciales, efectos especiales y guiones escritos para un público familiar.
A diferencia de “Hora Pico” o “Shanghai Noon”, donde había una mejor integración entre humor y acción, aquí el enfoque está mucho más en la idea que en el desarrollo. Chan sigue siendo encantador y carismático, pero se nota que está limitado por un guión que no sabe aprovechar su talento más allá de los efectos.
¿El humor del 2002 aún funciona?
Mucho del humor en “El Smoking” tiene ese sabor de los 2000, con chistes físicos, gags simples y un uso excesivo de la música para remarcar emociones o remates. Hay momentos que siguen funcionando (especialmente cuando Chan improvisa o juega con objetos), pero otros han envejecido mal, particularmente los estereotipos y algunas bromas forzadas.
Sin embargo, esto no impide que la película tenga cierto encanto. Es una producción que no se toma demasiado en serio y que, al final del día, solo quiere entretener. El problema está en que no todos los elementos encajan con la misma gracia con la que Chan se desliza por una pared.
¿Vale la pena verla hoy?
La respuesta depende del tipo de espectador. Si eres fanático de Jackie Chan y quieres ver algo más ligero, con una premisa excéntrica y escenas simpáticas, entonces sí, vale la pena por pura curiosidad. También es una película ideal para ver con niños o para una tarde donde no quieras pensar demasiado.
Por el contrario, si buscas acción al estilo clásico de Chan o una comedia con sustancia, “El Smoking” podría sentirse superficial y olvidable. Aún así, hay un mérito en su intención de mezclar géneros y su apuesta por un humor más familiar en tiempos donde eso escasea.
Curiosidades que quizás no sabías
La producción de “El Smoking” tuvo varios obstáculos. Jackie Chan declaró en entrevistas que tuvo que improvisar varias coreografías debido a la falta de preparación en el set.
Además, el guion pasó por múltiples reescrituras, lo que explicaría el tono irregular de la película. Aun así, Chan elogió el ambiente profesional del rodaje y la química con Jennifer Love Hewitt.
Otra curiosidad: la película fue pensada inicialmente para tener más gadgets al estilo “James Bond”, pero el enfoque se redujo a un solo traje por cuestiones de presupuesto. El vestuario del smoking, por cierto, fue creado por diseñadores de moda reales, pensando en que tuviera una apariencia “lógica” dentro de su absurdo contexto.
¿Dónde se ubica “El Smoking” frente a otros éxitos de Jackie Chan?
Cuando Jackie Chan dio el salto definitivo a Hollywood, trajo consigo un estilo único: acción física al límite, humor slapstick y una ética de trabajo impecable. Sin embargo, no todas las películas lograron canalizar bien esa energía. Al comparar “El Smoking” con otras cintas como “Rush Hour” o “Shanghai Noon”, se vuelve evidente por qué algunas funcionaron mejor.
En “Rush Hour” (1998), por ejemplo, el guión le dio espacio a Chan para lucirse no solo como peleador sino también como actor cómico. La química con Chris Tucker era orgánica y la película equilibraba bien la acción con el humor verbal. Aquí, el guión estaba escrito para potenciar el choque cultural, no para esconderlo detrás de efectos especiales.
Con “Shanghai Noon” (2000), ocurrió algo similar. La dupla con Owen Wilson le permitió a Chan ser el hombre serio en medio de un mundo ridículo y su entorno del viejo oeste ofrecía suficiente frescura como para brillar. Además, las coreografías eran puramente físicas, como le gusta a él.
En cambio, “El Smoking” no parece haber sido diseñado para él, sino adaptado a su presencia. El traje hace el trabajo por él en muchas escenas y eso le quita protagonismo a su especialidad. La historia, menos sólida y más dependiente del gimmick, hace que su talento quede parcialmente desperdiciado.
También podríamos mencionar “Around the world in 80 days” (2004), otro intento de hollywoodizar a Chan, con resultados similares a “El Smoking”: mucha producción, poca sustancia. En ese caso, también pesó el hecho de que su personaje tenía un rol más de acompañamiento visual que de liderazgo narrativo.
Conclusión
“El Smoking” no es la mejor carta de presentación de Jackie Chan en Hollywood, pero tampoco merece quedar en el olvido. Es una cinta que intenta ofrecer algo distinto, con una premisa peculiar y momentos que, aunque desiguales, conservan cierta chispa gracias a su protagonista.
Si se mira con expectativas moderadas, puede resultar una comedia entretenida y con un toque de locura que no se toma demasiado en serio. A veces, eso basta. Y a veces, ver a Jackie Chan enfrentarse a situaciones imposibles con un smoking inteligente es una forma inesperada (y hasta entrañable) de pasar el rato.