Después de un día lleno de actividad, desmaquillarse se convierte en un momento clave para desconectar y cuidar la piel. No se trata solo de quitarse el maquillaje, sino de permitir que el rostro respire y se recupere durante la noche. Este paso, muchas veces subestimado, es esencial para mantener una piel limpia, equilibrada y saludable.
Una rutina desmaquillante bien hecha ayuda a prevenir brotes, envejecimiento prematuro y opacidad. En esta guía paso a paso, te explicamos cómo convertir este proceso en un hábito efectivo, con productos de calidad que se ajustan a tus necesidades.

aprenda como hacer una rutina desmaquillante
Paso 1: Preparación
Antes de tocar tu rostro, es importante crear el entorno adecuado. Tener las manos limpias y los productos listos no solo optimiza la rutina, también protege tu piel de posibles irritaciones o bacterias.
Desinfecta tus manos
Iniciá lavándote las manos con un producto suave como el Cetaphil Gentle Skin Cleanser, un clásico dermatológicamente recomendado. No es un jabón común: su fórmula libre de fragancias contiene agua purificada, alcohol cetearílico y lauril sulfato de sodio, lo que permite una limpieza eficaz sin alterar el manto lipídico natural de la piel.

Cetaphil gentle skin cleanser
Es ideal para pieles sensibles, secas o con tendencia a la irritación. Rinde bastante: un envase de 237 ml puede durar entre 2 y 3 meses con uso diario moderado.
Organiza tu espacio
Después, organiza tus herramientas. Los discos reutilizables de Avene están fabricados con algodón hipoalergénico y fibras suaves que minimizan la fricción sobre la piel. Son aptos para pieles sensibles y se pueden lavar hasta 100 veces sin perder suavidad ni eficacia. Otra opción son las toallitas faciales de microfibra, que no requieren jabón y retiran residuos solo con agua tibia.
Para el rostro, reúne los siguientes productos: desmaquillante facial, desmaquillante de ojos, limpiador en gel o espuma, tónico hidratante y crema. Si tienes la piel mixta o
grasa, puedes optar por el agua micelar Sensibio H2O de Bioderma, que contiene micelas dermatológicas purificadas, sin alcohol ni fragancias, y elimina eficazmente maquillaje, polución y sebo sin resecar.
Viene en presentaciones desde 100 ml hasta 500 ml y rinde bastante, con 250 ml tienes para unos 60 usos aproximados, usando 4 ml por sesión.
Paso 2: Desmaquillante de ojos
El maquillaje de ojos suele ser el más resistente y también el más delicado de retirar. Para cuidar esta zona, necesitas productos específicos que limpien sin dañar.
Productos bifásicos eficaces
Una buena opción es el desmaquillante bifásico de Nivea, formulado con aceite de semilla de uva y pantenol. Esta combinación ayuda a disolver productos resistentes al agua y, al mismo tiempo, a calmar la piel del contorno ocular.
Su textura bifásica (mezcla de agua y aceite) necesita agitarse antes de usar. Está indicado para todo tipo de piel, incluyendo la sensible, y no deja sensación grasosa. Un envase de 125 ml suele alcanzar para unas 50 aplicaciones si usas 2–3 ml por sesión.
También puedes considerar el Bi-Facil de Lancôme, que destaca por su fórmula suave sin alcohol, enriquecida con extracto de rosa y agentes limpiadores que no alteran el equilibrio natural de la piel.

Bi facil de lancôme
Es apto para usuarios de lentes de contacto y para quienes tienen ojos sensibles. Su textura es ligera, se absorbe bien y no deja residuos oleosos. Con un envase de 125 ml, el rendimiento es similar: entre 45 y 55 usos.
¿Cómo usarlos?
Para aplicarlos correctamente, empapa un disco de algodón y apóyalo sobre el párpado cerrado por unos segundos. Evita frotar.
Luego, desliza con movimientos suaves hacia abajo. Si llevas máscara waterproof o delineado intenso, repite con un nuevo algodón para garantizar una limpieza total sin lastimar la piel.
Paso 3: Desmaquillante facial
Una vez que los ojos están completamente libres de maquillaje, es momento de enfocarse en el resto del rostro. Esta etapa permite eliminar bases, correctores, rubores y polvos que, aunque parezcan livianos, pueden obstruir los poros si no se retiran adecuadamente.
Para maquillajes de alta cobertura
En caso de que uses maquillaje de alta cobertura, los aceites desmaquillantes se convierten en aliados esenciales. El Deep Cleansing Oil de DHC, de origen japonés, está formulado con aceite de oliva virgen y vitamina E, y se aplica sobre el rostro seco.
Disuelve eficazmente productos waterproof sin alterar el equilibrio de la piel. Es apto para todo tipo de piel, incluso la grasa, ya que emulsiona al contacto con el agua y no deja residuos. Rinde mucho: con 200 ml podés cubrir unos tres meses de uso diario.
Pieles normales o sensibles
Para pieles normales o sensibles, el agua micelar Sensibio H2O de Bioderma sigue siendo una excelente opción. Contiene micelas dermatológicas que atraen la suciedad y el maquillaje como un imán, sin necesidad de frotar.

Agua micelar Sensibio H2O de Bioderma
Está libre de fragancias, alcohol y parabenos, lo que lo hace ideal para quienes sufren de sensibilidad cutánea o enrojecimiento. Puedes aplicarlo directamente con discos de algodón. Con una botella de 250 ml tienes aproximadamente 60 aplicaciones.
Pieles secas o maduras
Si tu piel es seca o madura, las leches desmaquillantes son una alternativa suave y nutritiva. La Lait Démaquillant de Clarins, enriquecida con extractos de hierbas alpinas y manteca de karité, ofrece una textura cremosa que hidrata mientras limpia.
Es perfecta para pieles que sienten tirantez al final del día. Se puede aplicar con discos o directamente con las manos, haciendo masajes circulares y retirando luego con un paño húmedo. Un envase de 200 ml alcanza para 40 a 50 aplicaciones.
¿Cómo usarlos?
Para lograr una limpieza eficaz, aplica el producto desde el centro del rostro hacia fuera, incluyendo la línea del cabello, los laterales de la nariz, debajo del mentón y el cuello.
También es importante llegar detrás de las orejas, una zona que suele pasarse por alto. Si usas maquillaje a diario, el doble desmaquillado (comenzar con un aceite y terminar con un gel limpiador) asegura una piel completamente libre de residuos.
Paso 4: Limpieza adicional
Después del desmaquillante, es fundamental limpiar la piel con un producto específico que elimine impurezas acumuladas, restos de maquillaje y exceso de sebo. Esta doble
limpiezano solo purifica, sino que prepara la piel para los siguientes pasos de la rutina.
Cómo elegir un limpiador facial y potenciar la rutina
Para pieles mixtas a grasas, el Effaclar Gel de La Roche-Posay es una opción confiable. Su fórmula contiene zinc PCA y agua termal, lo que ayuda a controlar el brillo sin resecar. No tiene jabón ni alcohol, y su pH fisiológico respeta el equilibrio natural de la piel.

Effaclar Gel de La Roche-Posay
Se aplica sobre el rostro húmedo con movimientos circulares, especialmente en la zona T, y se enjuaga con agua tibia. Rinde entre 60 y 80 usos si usas una cantidad del tamaño de una almendra.
Si tu piel es seca o muy sensible, el Toleriane Dermo-Cleanser de la misma marca puede ser una alternativa más suave. Contiene glicerina, agua termal y ésteres limpiadores ultraligeros que eliminan impurezas sin necesidad de frotar.
Es tan gentil que también se puede usar sin enjuague, retirando con un algodón, aunque en la rutina nocturna se recomienda enjuagarlo para completar el proceso de limpieza.
¿Cómo usarlos?
Asegúrate de masajear el producto durante al menos 30 segundos antes de enjuagar. Este paso estimula la microcirculación y mejora la oxigenación de la piel.
No te olvides del cuello y evita el agua demasiado caliente, ya que puede alterar el manto lipídico natural. Una buena limpieza diaria es el primer paso para mantener la piel equilibrada, luminosa y receptiva a los tratamientos posteriores.
Paso 5: Tonificación
La tonificación es una etapa esencial en toda rutina de limpieza facial, aunque muchas veces se subestima. Más allá de completar la remoción de residuos, ayuda a equilibrar la piel y optimizar la absorción de los productos que vienen después.
Beneficios de los tonificadores
El uso de un
tónicodespués del desmaquillante permite restablecer el pH natural que puede alterarse con la limpieza. Además, remueve partículas de suciedad que hayan quedado y prepara la piel para recibir la hidratación.
Algunos tónicos, dependiendo de su formulación, también pueden tener efectos calmantes, hidratantes o purificantes.
Tónicos recomendados para tu tipo de piel
Una excelente opción para pieles sensibles o reactivas es el Tónico Facial Calmante de Avène, formulado con agua termal, sin alcohol ni parabenos. Este producto hidrata y suaviza, a la vez que fortalece la barrera cutánea gracias a su bajo contenido mineral y alta tolerancia.
Viene en una presentación de 200 ml que rinde para unas 70 aplicaciones si se utiliza con un disco de algodón por la noche.
Para pieles con tendencia a deshidratarse, el Hydra Life Lotion to Foam Fresh Cleanser de Dior funciona como loción tónica en formato líquido-gel. Enriquecido con flor de aciano y extracto de malva, revitaliza e hidrata mientras mejora la textura de la piel.
Se aplica con las manos, depositando unas gotas y dando palmaditas suaves hasta su total absorción. Su presentación de 190 ml rinde entre 60 y 80 aplicaciones.
Otra alternativa clásica es el Facial Treatment Clear Lotion de SK-II, formulado con AHA y Pitera™, un derivado de la fermentación de levaduras rico en aminoácidos y minerales.
Ayuda a mejorar el tono, afinar los poros y preparar la piel sin dejar sensación pegajosa. Su envase de 230 ml puede durar hasta 3 meses de uso continuo.
¿Cómo usarlos?
Sea cual sea el producto elegido, es importante evitar los que contengan alcoholes agresivos o fragancias artificiales.
Aplícalo después del limpiador, sobre el rostro limpio y expárselo suavemente con un algodón o con las manos. Esta etapa puede parecer mínima, pero es clave para que la piel recupere su equilibrio y responda mejor a la hidratación.
Paso 6: Hidratación
La hidratación no solo es el paso final de la rutina de desmaquillante, sino también uno de los más importantes para conservar la salud y elasticidad de la piel. Aporta confort, protege la barrera cutánea y ayuda a mantener la piel en equilibrio durante la noche.
Crema hidratante según tu tipo de piel
Una opción versátil de
cremapara todo tipo de piel es la Hydro Boost Water Gel de Neutrogena, que contiene ácido hialurónico puro y glicerina. Su fórmula liviana en textura gel se absorbe rápidamente sin dejar sensación grasa. Viene en presentaciones de 50 ml y rinde cerca de 60 aplicaciones.
Para pieles normales a secas, el Moisture Surge 100H Auto-Replenishing Hydrator de Clinique brinda hidratación profunda con tecnología de aloe biofermentado. Está formulado sin aceites ni fragancias, manteniendo la piel hidratada hasta por 100 horas. Se aplica sobre rostro limpio y también puede usarse como mascarilla de hidratación intensiva.
Si tu piel es especialmente sensible o propensa a la rosácea, el Toleriane Sensitive Riche de La Roche-Posay ofrece una solución calmante, rica en ceramidas, glicerina y niacinamida. Repara la barrera cutánea, disminuye la sensibilidad y reduce la reactividad. Viene en tubos de 40 ml, con su textura cremosa bastan unos pocos mililitros por aplicación.

Toleriane Sensitive Riche de La Roche-Posay
¿Cómo usarlos?
En todos los casos, aplica la crema con movimientos suaves ascendentes desde el centro del rostro hacia afuera. No olvides cubrir también el cuello y el escote, donde la piel es delgada y suele mostrar signos de envejecimiento antes.
Este paso no solo sella la rutina, sino que mejora notablemente la textura y el aspecto general del rostro al despertar.
Consejos adicionales para tu rutina
Además de seguir estos 6 pasos, hay aspectos clave a tener en cuenta para mantener una piel limpia, saludable y equilibrada a largo plazo.
Frecuencia ideal
La rutina de desmaquillado debe realizarse todas las noches, sin excepciones. Incluso si no usaste maquillaje durante el día, la piel acumula impurezas del ambiente, sudor y restos de productos que necesitan ser retirados. Una limpieza nocturna constante permite que la piel se regenere correctamente mientras dormís.
Errores comunes
Uno de los errores más comunes es no eliminar completamente el maquillaje, especialmente en áreas difíciles como la línea de las pestañas, los laterales de la nariz o el contorno del rostro.
También es frecuente el uso de productos que no se adaptan al tipo de piel o la etapa de la rutina, como usar jabones corporales en el rostro o exfoliantes abrasivos a diario.
Otro problema habitual es la fricción excesiva. Frotar con fuerza con algodón, toallas o los dedos puede dañar la barrera cutánea y provocar sensibilidad. Siempre es mejor usar movimientos suaves y respetar los tiempos de cada producto para que actúe sin necesidad de agresión mecánica.
Un último consejo clave es mantener constancia. Ningún producto tiene efecto inmediato o milagroso. La clave está en la regularidad, en combinar limpieza, tonificación e hidratación con productos adecuados, y sobre todo, en escuchar las señales de la piel.
Conclusión
Mantener una rutina desmaquillante constante y adecuada es esencial para la salud de tu piel. Al seguir estos pasos, no solo estarás eliminando el maquillaje, sino también cuidando y protegiendo tu piel de futuros problemas.
Recuerda que cada rostro es único, así que ajusta los productos y técnicas según lo que mejor funcione para ti y con los productos adecuados para tu tipo de piel. ¡Ella te lo agradecerá!