Cuál es la trama de la película “Déjame entrar” y cómo termina

Déjame entrar

” es una película que trasciende el género de terror vampiresco, ofreciendo una profunda reflexión sobre la soledad, el amor y la monstruosidad. Dirigida por Tomas Alfredson y basada en la novela de John Ajvide Lindqvist, la obra explora la oscuridad de la humanidad a través de la relación entre un niño y una vampira.

En este artículo, analizamos en detalle el proceso de producción del film, su trama y desenlace. Además, reflexionamos sobre los aspectos más oscuros de la naturaleza humana y cómo el amor y la amistad pueden surgir en medio de circunstancias extremas.

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Déjame entrar

Detrás de cámaras: La producción de “Déjame entrar”

La creación de “Déjame entrar” es un ejemplo sobresaliente de cómo una novela de terror puede transformarse en una obra maestra del cine. Tomas Alfredson, quien estuvo al mando de la dirección, captó la esencia del libro de Lindqvist y la trasladó al cine de manera impecable. 

La película fue filmada en Suecia, una locación que no solo aporta autenticidad, sino que también refleja a la perfección el tono sombrío y frío de la historia. La ciudad de Blackeberg, donde se desarrolla la acción, no es solo un simple telón de fondo, sino que se convierte en un personaje más, con sus calles desiertas y su ambiente gélido.

Por otro lado, la dirección de arte juega un papel fundamental en la atmósfera de la película. Los colores oscuros y la luz tenue dan la sensación de estar en un mundo cerrado, donde el frío y la oscuridad son constantes. 

La cinematografía, a cargo de Hoyte van Hoytema, logra capturar las emociones de los personajes mediante planos lentos y detallados, sin recurrir a efectos visuales excesivos. 

Detalles de su elenco

Uno de los grandes logros de la película es su elenco. Kåre Hedebrant, quien interpreta a Oskar, logra retratar a un niño solitario y vulnerable que rápidamente se convierte en un personaje profundamente entrañable. 

Su interpretación permite que el público se identifique con su dolor y sus deseos de venganza, mostrando una complejidad emocional rara en un niño de su edad.

Por otro lado, Lina Leandersson, quien interpreta a Eli, la niña vampiro, ofrece una actuación impresionante. A pesar de su aspecto infantil, Eli es un ser con siglos de vida y una naturaleza peligrosa. 

Leandersson transmite perfectamente esa dualidad de vulnerabilidad y fuerza, creando un personaje que no solo es aterrador, sino también profundamente humano en sus propios términos. La dinámica entre Oskar y Eli es clave para la película, y la química entre los 2 actores es palpable.

Una adaptación fiel con sutiles cambios

El guión de “Déjame entrar” mantiene la esencia del libro, pero también introduce algunos cambios para adaptarlo al formato cinematográfico. 

El aspecto que más destaca en la película es la forma en que se explora la relación entre Oskar y Eli, la cual se construye a lo largo de la trama sin apresurarse a mostrar la revelación de Eli como vampiro.

A través de gestos, miradas y diálogos entrecortados, el director crea una atmósfera de suspenso que mantiene al espectador intrigado mientras los personajes desarrollan sus vínculos.

Alfredson opta por un enfoque más sombrío y melancólico que resalta los temas de la soledad y el aislamiento. Esta adaptación no solo es respetuosa con el material original, sino que también ofrece una nueva capa de profundidad al agregar subtextos sobre la naturaleza humana y el sufrimiento.

En lugar de centrarse en la violencia explícita, el guión se enfoca en las emociones complejas de los personajes, lo que permite que la película resuene en un nivel mucho más profundo.

Una historia de amistad y sangre: ¿De qué trata “Déjame entrar”?

La película comienza presentándonos a Oskar, un niño de 12 años que vive una vida solitaria en el suburbio de Blackeberg. Es víctima del bullying en la escuela, lo que lo convierte en un ser retraído y amargado. 

Su vida cambia cuando conoce a Eli, una niña que se muda a la casa de al lado con un hombre mayor. Eli es peculiar: su actitud distante y su apariencia extraña, junto con sus misteriosas intervenciones, la hacen parecer diferente de cualquier niño normal.

Desde su primer encuentro, Oskar y Eli comienzan a desarrollar una relación que, aunque inicialmente es una amistad, pronto se convierte en algo más profundo. 

Eli revela gradualmente que no es humana, sino un vampiro, lo que crea una contradicción fascinante: a pesar de su naturaleza monstruosa, Eli también es una figura vulnerable que depende de Oskar para su supervivencia emocional.

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DE QUÉ SE TRATA “Déjame entrar”

¿Cómo continúa la trama?

A medida que la historia avanza, la conexión entre ellos se fortalece, pero también lo hace el peligro. Los asesinatos que ocurren en la ciudad son obra de Eli y su “padre”, un hombre que la acompaña y que actúa como su protector, ayudándola a conseguir sangre humana. 

La violencia que se desata es una manifestación de la lucha por la supervivencia de Eli, pero también refleja el desamparo de ambos personajes, que se enfrentan a sus propios demonios internos.

El final de “Déjame entrar”

El final de “Déjame entrar” es tan conmovedor como perturbador. En los últimos momentos de la película, Oskar se enfrenta a una serie de decisiones que definirán su futuro. 

Eli, quien ha estado huyendo de la policía debido a los asesinatos que ha cometido, se encuentra en una situación crítica. Sin embargo, Oskar, a pesar de la oscuridad que rodea a Eli, decide actuar en su defensa. En un acto desesperado, él interfiere para salvarla, lo que lleva a una confrontación con la policía y con el propio destino de Eli.

La última escena de la película es impactante. En ella, Oskar, ya consciente de la naturaleza de Eli y de la vida que ella lleva, toma una decisión radical: la sigue. El final sugiere que, a pesar de las tragedias que ambos han experimentado, su vínculo es tan fuerte que opta por unirse a ella en su existencia marginal. 

En esta escena final, vemos a Oskar dentro de una piscina, observando cómo Eli se acerca a él. La relación que comparten no es solo de amistad, sino que se ha transformado en algo más profundo y sombrío, lo que deja al espectador reflexionando sobre las implicaciones de la elección del niño.

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EL FINAL DE “Déjame entrar”

La monstruosidad y la humanidad en “Déjame entrar”

“Déjame entrar” plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la monstruosidad y lo que significa ser humano. A través de la figura de Eli, la película nos confronta con la noción de que la verdadera monstruosidad no siempre reside en lo que parece ser evidente. 

Eli es un ser sobrenatural, pero su humanidad está presente en su vulnerabilidad, sus miedos y la capacidad de formar un lazo genuino con Oskar. A pesar de su sed de sangre y su naturaleza depredadora, Eli no es un monstruo en el sentido tradicional. De hecho, la película cuestiona si la monstruosidad se encuentra en el comportamiento o en la esencia de un ser.

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LA MONSTRUOSIDAD Y LA HUMANIDAD

Por otro lado, Oskar es un niño marcado por el abuso y la soledad, alguien que busca desesperadamente un sentido de pertenencia. Su relación con Eli lo coloca en una situación en la que tiene que tomar decisiones extremas, pero al final, se une a ella, lo que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana. 

¿Es Oskar un monstruo por seguir a Eli en su mundo oscuro? La película nos muestra que, a veces, la humanidad y la monstruosidad coexisten de formas complejas y lo que podría parecer monstruoso desde una perspectiva es, en realidad, una forma de supervivencia emocional.

Conclusión

“Déjame entrar” es más que una película de terror: es una reflexión sobre las relaciones humanas, la amistad y el amor en un contexto de desolación y violencia. 

Al centrarse en la conexión entre Oskar y Eli, la película pone en primer plano la complejidad de los vínculos emocionales, incluso cuando estos nacen en circunstancias extremas. Nos recuerda que la monstruosidad no siempre reside en lo sobrenatural, sino en los sentimientos humanos que nos impulsan a tomar decisiones difíciles.