Es “El huésped” una película de terror

Desde su estreno en 2014, “

” (“The guest”) ha generado debates sobre su verdadero género. Con un estilo visual vibrante, una banda sonora ochentera y una trama que combina suspenso con acción, la película desafía las etiquetas tradicionales. 

Su tono inquietante, su protagonista enigmático y sus momentos de violencia extrema han llevado a muchos a preguntarse si realmente pertenece al género del terror. Si bien la película juega con elementos de horror psicológico y slasher, su clasificación no es tan sencilla. Sigue leyendo para saber cómo resolvemos esta intriga. 

Adam Wingard es un director que ha construido su carrera en torno al cine de género, explorando el terror, el thriller y la acción con un enfoque estilizado y cargado de referencias a la cultura pop. 

Su filmografía incluye títulos como “You’re next” (2011), “Blair witch” (2016) y “Death Note” (2017), así como su incursión en el cine de gran presupuesto con “Godzilla vs. Kong” (2021).

Lo que distingue a Wingard es su capacidad para mezclar influencias del horror clásico con un estilo visual contemporáneo y una narrativa que juega con las expectativas del espectador. 

En “You’re next”, por ejemplo, tomó la fórmula del home invasion y la subvirtió con un enfoque más dinámico y oscuramente humorístico. En “El huésped”, aplicó una estrategia similar: combinó el thriller con la acción, el horror psicológico y el cine de misterio, logrando una película difícil de encasillar en un solo género.

Esta fusión de estilos es clave para entender la discusión sobre si “El huésped” puede ser considerada una película de terror. Wingard utiliza la estética y la tensión del horror para construir la atmósfera, pero su historia toma giros que lo acercan más al thriller de acción.

La película sigue a la familia Peterson, que recibe la visita de un misterioso hombre llamado David, quien afirma haber sido compañero de su hijo Caleb en la guerra. 

Desde el principio, su presencia es inquietante: es educado, carismático y parece dispuesto a ayudar a la familia, pero algo en su comportamiento sugiere que esconde un secreto.

A medida que David se integra en la vida de los Peterson, empiezan a suceder eventos extraños. Ayuda al hijo menor Luke a enfrentar a sus agresores de una manera extremadamente violenta, asesora al padre en su trabajo y genera un vínculo ambiguo con Anna, la hija mayor. 

Sin embargo, cuando Anna comienza a sospechar de su identidad y decide investigar más a fondo, la situación se torna peligrosa.

David no es un simple exsoldado. A lo largo de la película se revela que es el resultado de un experimento militar secreto diseñado para crear supersoldados. Su programación lo obliga a eliminar cualquier amenaza a su identidad, lo que lo convierte en una máquina de matar sin remordimientos.

Este giro transforma la narrativa en un juego de supervivencia donde los Peterson se convierten en el objetivo de David. Lo que parecía ser una historia sobre la llegada de un extraño misterioso se convierte en un thriller de acción con tintes de horror psicológico, donde el protagonista se revela como un antagonista imparable.

El clímax ocurre en la escuela, durante un baile de Halloween, donde Anna y Luke intentan detener a David. La ambientación juega con elementos del cine de terror, utilizando luces de neón y un laberinto de espejos que refuerza la sensación de peligro y confusión.

Después de una intensa persecución, Anna logra herir gravemente a David, quien parece morir en el suelo. Sin embargo, en los últimos momentos de la película, se sugiere que sigue con vida: un bombero con una mirada fría y familiar sale del edificio, dejando abierta la posibilidad de que David haya sobrevivido.

Este desenlace ambiguo refuerza la sensación de que el peligro no ha desaparecido, un recurso común en el cine de terror, donde la amenaza nunca se erradica por completo.

Uno de los aspectos más interesantes de “El huésped” es su fusión de géneros. La película toma elementos de distintas corrientes cinematográficas y los combina en una historia que transita entre el thriller, la acción y el horror.

El thriller psicológico es una parte fundamental de la narrativa. Desde el inicio, el espectador es colocado en una posición de incertidumbre respecto a las verdaderas intenciones de David. La tensión se construye lentamente, generando una sensación de peligro inminente que culmina en un estallido de violencia.

Por otro lado, la acción está presente en la manera en que David enfrenta a sus enemigos. Las escenas de combate y persecución recuerdan a los thrillers de venganza y al cine de espías, con secuencias coreografiadas de manera precisa y estilizada.

El horror, aunque no es el género predominante, se filtra en la película a través de su atmósfera, su estructura narrativa y el uso del personaje de David como una figura imparable. La influencia del slasher es clara en la manera en que persigue a sus víctimas y en cómo se convierte en una amenaza casi sobrenatural al final de la película.

Si bien “El huésped” incorpora muchos elementos del horror, no es una película de terror en el sentido tradicional. No tiene una criatura monstruosa, ni está basada en una historia de fantasmas o posesiones, pero utiliza los códigos del género para generar tensión y suspense.

David funciona como una figura similar a los asesinos del cine slasher: es implacable, parece indestructible y su presencia genera una sensación de amenaza constante. Sin embargo, a diferencia de un slasher clásico, la película no se centra en un grupo de víctimas indefensas, sino en una historia de engaño y conspiración que la acerca más al thriller de acción.

Lo que hace que la película se sienta como una experiencia cercana al terror es su atmósfera. La iluminación neón, la banda sonora retro y el tono inquietante recuerdan a filmes como “Halloween” (1978) y “Drive” (2011), donde la violencia y la estética son fundamentales en la construcción del miedo.

“El huésped” no encaja completamente en la categoría de terror, pero tampoco puede ser descartada de ese género. Su estructura narrativa y su protagonista amenazante la acercan al thriller psicológico, mientras que su desenlace y la forma en que maneja la tensión recuerdan a los slasher clásicos.

Adam Wingard logra fusionar influencias del cine de horror con una historia de acción y misterio, creando una película que desafía las etiquetas tradicionales. Aunque no sea un film de terror en el sentido estricto, su impacto en el espectador y su uso de la tensión y la violencia la convierten en una experiencia aterradora a su manera.