El renacido: diferencias entre el libro y la historia real de Hugh Glass

Hugh Glass, explorador y cazador de pieles en el siglo XIX, sobrevivió a un ataque brutal de un oso y a una traición que lo dejó solo en territorio hostil, impulsado por el deseo de venganza. Su historia, contada en el libro “The revenant” de Michael Punke y adaptada al cine en “

” por Alejandro González Iñárritu, se ha vuelto legendaria. 

Sin embargo, tanto el libro como la película se toman libertades creativas, agregando elementos que, si bien realzan el drama, se desvían de la historia real de Glass. En este artículo, exploramos estas diferencias entre la vida real de Glass, el relato novelado y la adaptación cinematográfica.

Hugh Glass nació en 1783 y se convirtió en uno de los exploradores y cazadores más conocidos de su tiempo. Aunque hay poca documentación sobre sus primeros años, se sabe que hacia 1823, Glass ya era un experimentado trampero que trabajaba para la Rocky Mountain Fur Company, una de las empresas más prominentes de comercio de pieles de la época. 

En aquel entonces, los cazadores enfrentaban desafíos como ataques de animales salvajes, conflictos con tribus nativas y condiciones climáticas extremas. Su vida en el oeste estaba marcada por la lucha constante y la habilidad para sobrevivir en un entorno hostil.

La historia más famosa de Glass ocurrió en 1823. Mientras exploraba el río Grand en lo que ahora es Dakota del Sur, Glass fue atacado por una osa grizzly. Gravemente herido, fue abandonado por 2 compañeros, John Fitzgerald y un joven Jim Bridger, quienes recibieron la orden de quedarse con él pero decidieron dejarlo atrás ante la aparente imposibilidad de su recuperación. 

Contra todo pronóstico, Glass sobrevivió a pesar de sus heridas y comenzó un viaje de más de 320 kilómetros para llegar al fuerte más cercano, impulsado por el deseo de confrontar a quienes lo habían dejado morir.

En la novela “The revenant”, Michael Punke relata la historia de Hugh Glass con base en la leyenda que lo rodea, aunque con varias libertades narrativas. Punke construye un personaje más introspectivo y añade detalles ficticios para intensificar la tensión. 

En su relato, Glass es un hombre profundamente motivado por la venganza, con pensamientos detallados sobre los traumas vividos, lo cual añade una dimensión emocional que probablemente no esté basada en la realidad.

En la historia real, la motivación de Glass para sobrevivir y recorrer un extenso y peligroso camino estaba ligada en parte a la venganza. Sin embargo, en el libro, esta motivación se intensifica considerablemente y se convierte en el elemento central de la trama. 

La novela sigue la travesía de Glass mientras experimenta un monólogo interno que amplifica su dolor, odio y sed de justicia. En la vida real, aunque Glass confrontó a Bridger y Fitzgerald, no los mató y finalmente optó por perdonarlos, un detalle que suele omitirse en las versiones populares de su historia.

El libro introduce varios elementos ficticios para acentuar el desafío al que se enfrenta Glass. Entre ellos, se incluye un encuentro con tribus hostiles y la inclusión de ciertos detalles que hacen de su viaje una odisea casi épica. 

Si bien Glass ciertamente enfrentó enormes desafíos, la novela exagera algunos de ellos para crear una narrativa de supervivencia con giros dramáticos adicionales. La relación de Glass con las tribus nativas, por ejemplo, es matizada en la novela, presentando tanto amistades como conflictos, una dualidad menos probable en el contexto real de su tiempo.

En la adaptación cinematográfica de 2015 que puedes ver gratuitamente junto con otras películas por

, Alejandro González Iñárritu lleva la historia a un plano más visual y visceral, centrándose en la brutalidad del ataque del oso, la soledad de Glass y su deseo de venganza. La interpretación de Leonardo DiCaprio de un Glass casi animalizado, que sobrevive en condiciones extremas, lleva el conflicto a un nivel aún más profundo que el del libro. 

La película enfatiza el esfuerzo físico y psicológico del personaje de una forma que realza el drama, pero que también introduce cambios significativos en la trama.

En la película, se añade una subtrama en la que Glass tiene un hijo mestizo que es asesinado por Fitzgerald. Este evento no ocurre en la vida real ni en el libro, pero funciona como un catalizador emocional en el film, dando a Glass una razón personal y poderosa para vengarse de Fitzgerald. 

Este elemento refuerza el drama y la intensidad del relato, convirtiendo la historia en una lucha personal y afectiva.

La película explora escenas de supervivencia en condiciones extremas, muchas de las cuales no tienen base en la historia real. En una famosa escena, Glass se refugia dentro de un caballo muerto para protegerse del frío. 

Este tipo de decisiones extremas refuerzan la atmósfera de soledad y el sentido de lucha por la vida, pero son invenciones cinematográficas que no tienen registro en los eventos de la vida de Glass. La película utiliza estas escenas para dramatizar aún más su resistencia, manteniendo al espectador en una tensión constante.

La película también difiere en cómo resuelve el conflicto final. En la historia real, después de su largo viaje, Glass confrontó a Fitzgerald y Bridger pero no los mató, decidió perdonarles la vida. 

En el film, el enfrentamiento es mucho más violento y culmina en una confrontación física que enfatiza la ira y el deseo de justicia de Glass. Esta diferencia en el desenlace subraya cómo la película busca una conclusión más impactante, adaptada al tono visceral y trágico que Iñárritu imprime a la historia.

Para capturar el sentido de aislamiento y desesperación, la producción de “El renacido” se realizó en locaciones remotas de Canadá y Argentina. El equipo de filmación tuvo que enfrentar temperaturas bajo cero y condiciones climáticas severas, una decisión que si bien encareció el proyecto, resultó en escenas impactantes y realistas. 

Iñárritu y el director de fotografía Emmanuel Lubezki optaron por grabar solo con luz natural, lo cual requirió un cronograma muy ajustado y limitó las horas de filmación diarias, pero dotó al film de una autenticidad visual impresionante.

Uno de los momentos más impactantes de la película es el ataque del oso, que fue creado mediante una combinación de efectos visuales y edición. La producción usó una técnica de captura de movimiento para crear un oso digital hiperrealista, mientras que Leonardo DiCaprio trabajó con un arnés y otras herramientas para representar el ataque de forma convincente. 

Esta escena no solo es un testamento del talento visual de Lubezki, sino también un reflejo de la dedicación de DiCaprio, quien se sometió a una serie de pruebas físicas para hacer la escena lo más realista posible.

Leonardo DiCaprio llevó a cabo una preparación intensa para el papel, que incluyó aprender técnicas de supervivencia, como encender fuego en condiciones extremas y comer hígado de bisonte real. 

La dedicación del actor se traduce en una actuación visceral y cruda, que le valió un Oscar al “Mejor actor”. Tom Hardy, quien interpreta a Fitzgerald, también trabajó en condiciones duras, adaptando su personaje para reflejar un antagonista que representa no solo la traición, sino la crueldad y la desesperanza del ser humano en condiciones adversas.

El estilo visual de Lubezki contribuye a crear una atmósfera en la que la naturaleza es un personaje más. Sus tomas largas, detalladas y cuidadosamente iluminadas, capturan la grandeza y el peligro de la vida salvaje. 

Usando cámaras de alta definición y sin iluminación artificial, Lubezki logró tomas inmersivas y dinámicas, que le otorgaron a la película una estética casi documental que refleja la brutalidad del viaje de Glass.

“El renacido” fue un éxito tanto en crítica como en taquilla, recibiendo numerosos premios y elogios por su enfoque visual y la interpretación de DiCaprio. Más allá de los galardones, la película dejó un impacto cultural, popularizando la historia de Hugh Glass y destacando las capacidades de resistencia humana, aunque con numerosas adaptaciones y cambios frente a la historia real.

La historia de Hugh Glass, un hombre que desafió las probabilidades en un acto de supervivencia sin igual, ha fascinado a muchas generaciones. Tanto el libro “The revenant” de Michael Punke como la película “El renacido” de Iñárritu ofrecen versiones dramáticas de su historia, pero ambas toman varias libertades que difieren de la realidad histórica. 

Estas adaptaciones no solo profundizan en los aspectos emocionales y físicos de Glass, sino que también exploran temas como la venganza, el perdón y la lucha humana contra la naturaleza.