¿Es “Gonjiam” el “Paranormal Activity” coreano?

A lo largo de las últimas décadas, el género de terror ha encontrado nuevas formas de reinventarse, especialmente a través del subgénero del metraje encontrado

Desde el éxito rotundo de “Paranormal Activity” en 2007, muchas producciones alrededor del mundo han tratado de replicar o reinterpretar su fórmula. Una de las más comentadas en Asia es “

Gonjiam: Haunted asylum

” (2018), una película surcoreana que ha sido bautizada por muchos como “el Paranormal Activity coreano”.

En este artículo, analizamos esta afirmación. ¿Realmente “Gonjiam” comparte tanto con “Paranormal Activity” como para considerarla su equivalente asiático? ¿O se trata más bien de una evolución dentro del found footage influenciada por una tradición cultural completamente distinta? 

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 Psiquiátrico maldito

El found footage como punto de partida

El metraje encontrado (found footage) no es una invención moderna, pero sí cobró una nueva dimensión a partir de “The Blair Witch Project” (1999). 

La idea de que el horror puede sentirse más real si se presenta como material recuperado fue un punto de inflexión en la narrativa del terror contemporáneo. Esta técnica permitió eliminar los filtros cinematográficos tradicionales y dar paso a una experiencia más cruda y directa.

“Paranormal Activity” retomó esa fórmula pero la adaptó al espacio doméstico. Su presupuesto mínimo y su tono hiperrealista conquistaron a una audiencia global, que no solo se identificó con el contexto sino que se dejó atrapar por el efecto voyeurista de las cámaras de seguridad y las grabaciones nocturnas. 

El hogar se convirtió en el escenario del miedo y la cotidianidad se volvió amenazante. Esta idea de que "lo real da más miedo" se consolidó y se convirtió en la nueva norma para el terror de bajo presupuesto, pero altamente efectivo.

En el caso de “Gonjiam: Haunted asylum”, la película coreana toma el mismo recurso técnico del found footage, pero lo traslada a un terreno mucho más vinculado con las leyendas urbanas y la cultura local del miedo

Desde el inicio, se presenta como una grabación de un grupo de jóvenes youtubers que visitan un hospital psiquiátrico abandonado, supuestamente maldito. El contexto cambia, pero la promesa de autenticidad y cercanía emocional se mantiene.

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Youtubers en la oscuridad total

La historia real detrás de “Gonjiam”

Una de las diferencias más contundentes entre ambas películas es que “Gonjiam” se inspira en un lugar real. El Hospital Psiquiátrico de Gonjiam existe de verdad en Corea del Sur y desde hace años ha sido el centro de decenas de rumores paranormales. 

Cerrado a mediados de los años 90, el edificio fue rápidamente envuelto en mitos sobre muertes misteriosas, médicos desaparecidos y energías malignas que impiden a los visitantes salir cuerdos.

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Explorando los pasillos reales del hospital de Gonjian

Esta base de realidad le da a la película una carga emocional distinta. El espectador coreano reconoce el lugar o al menos ha oído hablar de él. Incluso para una audiencia internacional, el hecho de que el lugar exista en la vida real (y haya sido eventualmente clausurado por las autoridades tras el estreno de la película) refuerza la sensación de autenticidad. 

“Paranormal Activity”, en cambio, se desarrolla en un entorno genérico: una casa cualquiera de Estados Unidos. Su fortaleza está más en lo cotidiano y doméstico, mientras que “Gonjiam” apuesta por lo histórico y cultural.

Terror culturalmente localizado

Otra gran diferencia es cómo ambas películas construyen el terror a partir de sus respectivas culturas. “Paranormal Activity” trabaja con demonios y maldiciones, elementos más asociados a la tradición judeocristiana y al terror sobrenatural occidental. 

Se basa en lo que no vemos, en pequeños movimientos de objetos, puertas que se cierran solas, sombras que aparecen en la noche. El miedo es progresivo, acumulativo y casi imperceptible.

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Paranormal Activity

“Gonjiam”, en cambio, está cargada de símbolos del folklore coreano. Hay un uso deliberado del espacio físico (los pasillos angostos, las habitaciones numeradas, el sótano prohibido) que recuerda a rituales tradicionales y tabúes culturales. 

La película está impregnada de un respeto por los muertos, por los lugares que no deben ser profanados y por los castigos espirituales que recaen sobre quienes violan estas reglas. Además, el grupo de protagonistas busca el morbo mediático y el reconocimiento digital, lo que los convierte en presas fáciles de una maldición que va más allá de lo visible.

Crítica social disfrazada de horror

Una de las claves para entender “Gonjiam” es su crítica implícita a la obsesión por el contenido viral. Los personajes están más preocupados por generar vistas en su transmisión en vivo que por su seguridad. 

La película se burla, sutil pero ferozmente, del sensacionalismo con el que muchos creadores de contenido abordan temas paranormales, sin tomar en serio las posibles consecuencias.

Esta es una diferencia fundamental con “Paranormal Activity”, donde los protagonistas intentan registrar fenómenos paranormales por necesidad o desesperación. 

En “Gonjiam”, en cambio, el grupo se interna en el hospital buscando fama, sin creer realmente en los riesgos que enfrentan. El castigo, entonces, es doble: por desafiar a lo sobrenatural y por hacerlo con arrogancia.

Estructura narrativa y tensión

Ambas películas comparten una estructura similar: un inicio lento, con interacciones banales y humor ligero entre los personajes, seguido de una escalada progresiva del terror. Sin embargo, “Gonjiam” se toma más tiempo en construir la atmósfera. 

Mientras que “Paranormal Activity” va sembrando detalles desde la primera noche, “Gonjiam” aprovecha la exploración del hospital para crear una sensación de peligro inminente. Cada habitación representa un nuevo nivel del infierno.

Además, el uso de cámaras múltiples en “Gonjiam” permite jugar con las perspectivas, lo que aumenta la ansiedad del espectador. Hay cámaras fijas, bodycams, celulares y drones. 

Este abanico de puntos de vista contribuye a la desorientación y permite crear escenas en las que el horror aparece en los márgenes del encuadre o justo cuando se cambia de cámara. 

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Investigando lo paranormal

En “Paranormal Activity”, en cambio, el foco es más contenido, más estático, lo que también tiene su mérito: permite al espectador escanear cada rincón esperando que algo se mueva.

Personajes: Del realismo cotidiano al retrato satírico

En “Paranormal Activity”, los personajes son una pareja común, con preocupaciones diarias y conflictos domésticos. Su dinámica de pareja es parte del horror: el escepticismo de él frente al miedo de ella, la tensión marital, la falta de comunicación. Todo contribuye a crear un entorno realista y emocionalmente creíble.

“Gonjiam”, por otro lado, presenta un grupo más caricaturesco. Estos youtubers son personalidades exageradas, cada uno con un rol claramente definido dentro del grupo: el bromista, el técnico, la valiente, la escéptica, etc. 

Esta configuración puede parecer menos realista, pero responde a la lógica del entretenimiento digital y la sátira social. El espectador reconoce esos arquetipos en cientos de canales de YouTube y TikTok. El terror se vuelve un castigo simbólico por una banalización del horror real.

Impacto y legado cultural

“Paranormal Activity” fue un fenómeno global. Su bajo presupuesto (alrededor de $15,000 dólares) y su recaudación millonaria la convirtieron en un hito del cine independiente. Dio lugar a múltiples secuelas y consolidó el found footage como una fórmula rentable. Su influencia llegó a todo el mundo y abrió la puerta a nuevos enfoques en el cine de terror casero.

“Gonjiam”, por su parte, no generó una franquicia, pero se convirtió en una de las películas de terror más taquilleras en la historia de Corea del Sur. Su éxito fue más local que global, aunque con el tiempo ha ganado estatus de culto fuera de Asia. 

También generó controversia en el país: tras su estreno, las autoridades cerraron el hospital real de Gonjiam y lo cercaron por completo para evitar que los fans se adentraran buscando experiencias paranormales.

El legado de “Gonjiam” no está en repetir la fórmula, sino en adaptarla al contexto asiático contemporáneo. Su mérito está en demostrar que el found footage no es un lenguaje exclusivo de Occidente y que el terror digital puede explorarse desde una perspectiva cultural distinta.

¿Cuál de las dos da más miedo?

Esta pregunta es subjetiva, pero reveladora. “Paranormal Activity” se construye desde la sutileza: es el miedo al ruido en la noche, al golpeteo en la escalera, al espíritu que se manifiesta sin rostro. Es un terror psicológico, casi minimalista, que crece lentamente hasta estallar. Quien le teme a lo invisible, sufrirá con esta película.

“Gonjiam”, en cambio, apuesta por el impacto visual. Las apariciones, los cuerpos que se arrastran, los rostros deformes y las cámaras que giran frenéticamente generan un terror más visceral, más inmediato. Es un horror físico, sucio, intenso. Su fuerza está en lo gráfico, pero sin caer en el exceso.

Ambas son efectivas, pero apelan a emociones distintas. Una juega con la ansiedad sostenida; la otra, con el pánico súbito. Esto tiene que ver también con las distintas formas en que cada cultura aborda lo sobrenatural: en Occidente, el terror es muchas veces simbólico; en Asia, es una presencia activa, tangible, que castiga sin piedad.

La crítica especializada frente al público

“Paranormal Activity” dividió a la crítica. Algunos la aclamaron como una joya del cine de terror independiente, mientras que otros la tildaron de aburrida o sobrevalorada. Lo mismo ocurrió con el público: para muchos, su efectividad dependía de verla en el cine, en una sala oscura y silenciosa, donde el ambiente potenciaba la tensión.

“Gonjiam” recibió críticas más homogéneas. Fue elogiada por su habilidad para construir suspenso, por su dirección cuidada y por la manera en que renovaba un género ya saturado. Su conexión con el contexto coreano, tanto cultural como mediático, la hizo destacar como una obra con identidad propia, no como una simple copia.

¿Entonces, es el “Paranormal Activity” coreano?

La respuesta corta sería: no exactamente. “Gonjiam: Haunted asylum” no es una versión coreana de “Paranormal Activity”, sino una evolución paralela del found footage, adaptada a una realidad cultural y tecnológica diferente. 

Si bien ambas comparten recursos narrativos y técnicos, sus intenciones, sus atmósferas y sus críticas subyacentes son completamente distintas.

“Paranormal Activity” nació del miedo al hogar invadido, al demonio oculto entre las paredes, a la ruptura de la intimidad. “Gonjiam” nació del miedo al olvido, a la historia maldita, al espectáculo vacío y al castigo por desafiar lo prohibido. Son películas hermanas en lo formal, pero lejanas en lo filosófico.

Conclusión

En tiempos donde el cine de terror ha tendido a repetirse a sí mismo, “Gonjiam: Haunted asylum” demuestra que todavía hay espacio para renovar fórmulas conocidas desde enfoques culturales diferentes

Su habilidad para traducir el lenguaje del metraje encontrado a la era del streaming, el YouTube y las leyendas urbanas coreanas la vuelve una propuesta fresca y escalofriante.

Llamarla el “Paranormal Activity coreano” es útil como referencia rápida, pero insuficiente para captar todo su trasfondo. Más que una simple adaptación oriental, “Gonjiam” es una muestra de cómo el terror contemporáneo puede ser profundamente local y universal al mismo tiempo.