La saga Jumanji ha evolucionado de forma sorprendente desde su primera entrega en 1995 hasta sus nuevas versiones del siglo XXI.
Lo que empezó como un juego de mesa con consecuencias mágicas, hoy se ha convertido en un universo expandido lleno de humor, acción y tecnología. La diferencia entre la película original y sus sucesoras es más que un cambio de época: es una reinvención completa del concepto.
En este artículo, analizamos los principales giros que tuvo la franquicia al pasar de “Jumanji” (1995) a “Jumanji: Welcome to the jungle” (2017) y “
Jumanji: The next level” (2019). Exploramos cómo cambió el tono, los personajes, el formato del juego y el enfoque narrativo.

Del tablero a los videojuegos, Jumanji cambió las reglas pero mantuvo la aventura
El Jumanji original, una aventura mágica con tintes oscuros
Cuando “Jumanji” llegó a los cines en 1995, el público fue testigo de una película infantil que no subestimaba a sus espectadores. El juego de mesa no era una mera diversión, sino una amenaza capaz de alterar la realidad.
Cada turno liberaba una catástrofe: monos salvajes, plantas gigantes, un cazador implacable o una estampida de rinocerontes. Más que una fantasía alegre, era un recordatorio de que jugar con fuerzas misteriosas tenía consecuencias.
Robin Williams se convirtió en el alma de la cinta al interpretar a Alan Parrish, un niño atrapado dentro del juego durante 26 años. Cuando es liberado por 2 nuevos jugadores, el caos se desata en el mundo real y deben terminar el juego para revertir todo. La película combinaba efectos prácticos con CGI pionero, logrando una ambientación visual que a día de hoy sigue siendo icónica.
Su tono era serio y emotivo. Tocaba temas como el abandono, el miedo, el crecimiento personal y el valor de enfrentar nuestros errores. Aunque fue pensada como una aventura familiar, no le temía al dramatismo y por eso quedó grabada en la memoria de una generación.

Reglas, dados y caos
Un nuevo siglo, una nueva forma de jugar
Durante años, se pensó que “Jumanji” no necesitaba una secuela. Sin embargo, en 2017, Sony apostó por revivir la franquicia con una jugada arriesgada: transformar el juego de mesa en un videojuego.
Así nació “Jumanji: Welcome to the jungle”, con un enfoque completamente diferente al original. Ya no era el juego quien invadía el mundo, ahora los jugadores eran absorbidos dentro del juego.
La decisión de convertir “Jumanji” en un videojuego fue clave para enganchar a nuevas audiencias. La nostalgia seguía presente, pero el nuevo formato permitía una estructura más dinámica, con niveles, misiones y vidas limitadas.
Esto acercaba la narrativa al lenguaje contemporáneo, mientras mantenía el concepto central: Jumanji no es un juego común, es una experiencia de vida o muerte.
¿Qué cambios hubo?
En lugar de niños enfrentando los peligros en su realidad, ahora tenemos adolescentes atrapados en cuerpos adultos (los avatares del juego) interpretados por Dwayne Johnson, Kevin Hart, Karen Gillan y Jack Black.
Este giro permitió explorar conflictos internos desde una perspectiva cómica y disparatada. El nerd se convierte en héroe musculoso, el atleta en un zoólogo bajito, la chica superficial en un profesor con cuerpo masculino. Todo eso dio pie a humor físico, pero también a reflexiones sobre identidad y empatía.
Del tablero al joystick: Cómo cambió el universo de Jumanji
Uno de los cambios más radicales entre “Jumanji” (1995) y sus secuelas modernas es la lógica del universo. En la cinta original, el juego no tenía explicación: simplemente era un artefacto mágico. No se ahondaba en su origen ni en cómo funcionaba. Su mística residía en el misterio.
En cambio, “Welcome to the jungle” crea un mundo digital con reglas, menús, NPCs (personajes no jugables) y vidas extra. Se convierte en una sátira del videojuego clásico.
Esta decisión aportó orden y posibilidades narrativas. El sistema de niveles, habilidades y debilidades de cada avatar le dio una dimensión nueva al relato. Los personajes ahora tienen que aprender a trabajar en equipo para resolver puzzles, pelear contra jefes y administrar sus vidas.
El drama ya no es solo externo (monstruos y peligros), sino interno: ¿cómo me adapto a un cuerpo que no es mío?, ¿cómo enfrento mis miedos desde una identidad prestada?
Además, el mundo dentro del juego está mucho más desarrollado. No es solo una selva peligrosa, es un entorno narrativo completo con misiones, zonas específicas y personajes con historias propias. Eso expande la mitología del juego, lo convierte en algo más vivo y menos aleatorio que en la versión de 1995.

Un nuevo juego, nuevas reglas y una selva que no perdona
“The next level”, subiendo la dificultad y los retos
En 2019 llegó “Jumanji: The next level”, secuela directa de “Welcome to the jungle”. Aunque mantiene la fórmula del videojuego, introduce una serie de giros para evitar repetir la misma estructura. El cambio más evidente es que los avatares ya no corresponden a los mismos jugadores: hay confusión al entrar, lo cual genera nuevas dinámicas y desafíos.
Por ejemplo, el personaje de Dwayne Johnson ahora es habitado por el abuelo de Spencer (interpretado por Danny DeVito), lo que genera un humor muy distinto al de la primera película. Kevin Hart adopta el rol de Milo (Danny Glover), lo que lo obliga a hablar más lento y con un enfoque más reflexivo. Esto revitaliza las interacciones y obliga a los personajes a volver a conocerse.
Además, “The next level” amplía el mundo de Jumanji con nuevas zonas: desiertos, templos ocultos, montañas nevadas y ciudades exóticas. Ya no es solo una selva. Eso permite secuencias de acción más variadas y espectaculares.
También se introducen nuevos avatares, como Ming Fleetfoot (interpretada por Awkwafina), y la historia se centra en cerrar los ciclos de los personajes, en especial de Milo y Eddie.
El videojuego mismo se vuelve más complejo: los NPCs tienen más conciencia, las pistas son más crípticas y el jefe final representa una amenaza mejor construida. El juego ya no es solo un entorno peligroso, ahora es una metáfora de los cambios en la vida y de cómo cada persona asume su rol en el equipo.

Sube la apuesta y los peligros
Del drama al humor con corazón
Uno de los contrastes más notables entre el “Jumanji” de 1995 y las versiones modernas es el tono. Mientras que la original era más sombría y emocional, las secuelas optan por una comedia de acción con tintes de aventura. Robin Williams transmitía tristeza, trauma y ternura en su personaje, mientras que Dwayne Johnson y compañía manejan un estilo más ligero y autorreferencial.
Esto no significa que las películas modernas carezcan de profundidad. Ambas entregas tocan temas como la amistad, el miedo al cambio, el envejecimiento, la pérdida y el sentido de pertenencia. Pero lo hacen desde una estructura más accesible para el público actual, mezclando esas emociones con acción y humor físico.
El equilibrio entre risa y emoción está mejor logrado en “The next level”, que se permite explorar conflictos como el retiro, la vejez y la reconciliación con el pasado, todo dentro de un contexto divertido. Así, el tono puede haber cambiado, pero el corazón de “Jumanji”, el viaje de transformación interior, sigue presente.
El peso del legado: ¿Funciona como secuela?
Una de las grandes preguntas cuando surgió el reboot fue si respetaría el legado de la original. En ese sentido, “Welcome to the jungle” hizo un gesto importante al incluir un homenaje al personaje de Alan Parrish (Robin Williams).
En el refugio del personaje de Nick Jonas, se ve una inscripción que dice: "Alan Parrish estuvo aquí". Es un reconocimiento sutil, pero significativo.
Las nuevas películas no son remakes, sino secuelas disfrazadas de reinicio. El juego evoluciona porque debe adaptarse al tiempo: lo que fue un tablero ahora es un cartucho. El espíritu sigue ahí: jugar cambia tu vida. Y en ese aspecto, el vínculo se mantiene fuerte.
Además, el hecho de que las secuelas funcionen por sí solas, sin necesidad de haber visto la original, demuestra su efectividad narrativa. Aun así, quienes crecieron con la película de 1995 pueden apreciar los guiños y las diferencias con una mirada más nostálgica.
Reparto e impacto cultural de 2 generaciones distintas
El reparto de “Jumanji” (1995) giraba en torno al magnetismo de Robin Williams, con actuaciones sólidas de Bonnie Hunt y los jóvenes Kirsten Dunst y Bradley Pierce. La dinámica era más familiar, menos coral.
En cambio, las nuevas películas dependen del carisma colectivo del grupo protagónico, con actores que dominan la comedia y la acción en igual medida.
Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan forman un equipo diverso y perfectamente sincronizado. Su química es uno de los grandes aciertos de la saga moderna, cada uno explota su talento de forma distinta dependiendo del personaje que los habita.

El videojuego cobra vida y nadie está a salvo en la jungla
Esa versatilidad ha sido clave para atraer al público joven y sostener el interés en una posible tercera entrega.
Culturalmente, “Jumanji” 1995 se convirtió en un clásico de culto, mientras que las nuevas películas son éxitos comerciales globales. Han conectado con públicos de todas las edades, pero especialmente con una generación que entiende el lenguaje del videojuego como parte de su vida diaria.
Conclusión
La evolución de Jumanji demuestra cómo una idea clásica puede adaptarse a los tiempos sin perder su espíritu original. Aunque la versión de 1995 ofrecía una aventura mágica con tintes más oscuros, las nuevas entregas apostaron por el humor, la tecnología y el dinamismo del videojuego como lenguaje moderno.
Los giros en la narrativa, el tipo de personajes y la forma en que se vive la aventura marcan un antes y un después en la franquicia. Lo que parecía un reboot terminó siendo una continuación con identidad propia. Y mientras exista curiosidad por lo desconocido, Jumanji seguirá siendo una saga con muchas vidas por delante.